La Plaza de Cataluña, la unión de las dos barcelonas
Barcelona tiene mil caras y una gran capacidad de adaptación a todos los gustos. Pero si en un lugar confluyen todos los encantos de la ciudad condal es en la Plaza de Cataluña, el punto de unión de las dos barcelonas. Es el centro neurálgico del que parten las principales avenidas y calles de la ciudad y un emplazamiento que concentra todo el espíritu de Barcelona.
Históricamente, el espacio ocupado por la Plaza de Cataluña ha sido un punto fundamental en la vida de la ciudad. Situada en el exterior de la muralla, enfrente de una de las puertas principales de acceso a la ciudad, era una explanada donde se situaban mercados al aire libre. Tras el derribo de la muralla, el encargado del diseño del plan urbanístico, Ildefonso Cerdá, no contemplaba la creación de nuevas plazas ya que el centro debía ser un espacio bien comunicado. Pero Antoni Rovira i Trias propuso la construcción de una plaza de las Glorias Catalanas, un lugar lleno de tiendas, centros comerciales, terrazas y cafés. Esta idea contaba con el apoyo de la burguesía catalana y en 1.889 comenzó a urbanizarse la zona. Tras sufrir algunos cambios en el planteamiento inicial, motivados por la dictadura de Primo de Rivera, la Plaza fue inaugurada en 1.927.
Desde entonces, la Plaza de Cataluña es la unión entre la Ciutat Vella y el Ensache. Es el punto de unión de la Barcelona más tradicional y cargada de historia y simbolismo, con la Barcelona más moderna y cosmopolita. Es el punto de salida de calles tan importantes y significativas como La Rambla, el Paseo de Gracia o la Rambla de Catalunya. El enclave donde cada día cientos de barceloneses y visitantes escogen este punto para comenzar su jornada gracias a las excelentes comunicaciones que la conectan con los principales atractivos turísticos como el Tibidabo, la Sagrada Familia o el Aeropuerto del Prat. Es el punto perfecto para realizar compras, disfrutar de una deliciosa comida en los restaurantes o un café en alguna de las numerosas terrazas, disfrutar del ocio o conocer la vida nocturna de la ciudad.
Alojarse en las cercanías de la Plaza de Cataluña es la mejor opción para conocer la esencia de Barcelona. A sólo 5 minutos andando de la Plaza, se encuentra el hotel HCC Montblanc en pleno Barrio Gótico. Su privilegiada situación permite conocer la ciudad sin recorrer grandes distancias alojados en un edificio de nueva construcción. En el Paseo de Gracia, a sólo 7 minutos caminando de la Plaza de Cataluña, se sitúa el hotel HCC St Moritz. Un edificio histórico del siglo XIX pero totalmente reformado que permite descubrir los lugares más emblemáticos de la ciudad.
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